“Existe una gran dificultad para delinear competencias específicas”

Dr. Santiago Arrondo, titular del Juzgado de Familia N° 2 de Olavarría

Desde hace 3 años, Olavarría cuenta con 2 juzgados de Familia: del segundo es titular el Dr. Santiago Arrondo, quien antes de esa fecha también subrogó el único organismo hasta entonces.

“Con mi plantel nos arreglamos bastante bien pero la realidad es que tenemos 7 personas menos que el juzgado 1 y ya llevamos bastante tiempo reclamando para que nos equiparen la planta. Es la única forma de mantener una respuesta óptima en la gestión del organismo. En las condiciones actuales, solo lo podemos garantizar dedicándole más horas de trabajo”, subraya el magistrado.

Al igual que otros departamentos judiciales de la Provincia, la relación entre los organismos estatales y los del Poder Judicial pertenecientes a la Justicia de Familia tiene muchos aspectos en los cuales mejorar: “siempre utilizo una metáfora que creo es bastante elocuente para definir esta articulación: todos necesitan del agua bendita del juez cuando, en realidad, se trata de que cada quien trabaje en la esfera de su competencia”, destaca.

Efectivamente, los denominadores comunes se ciernen sobre esta vinculación. “He trabajado en varios departamentos judiciales y en todos se puede rastrear esa dificultad para delinear las competencias específicas, sobre todo en el servicio local y zonal y en las áreas y dependencias que intervienen en los casos de internaciones o de abordajes referidos a la salud mental.

 

El recursero es muy generoso: contamos con muchos lugares que abordan tratamientos de adicciones, de salud mental, de niñez, adolescencia, cuestiones de género, adultos mayores y otros grupos en situaciones de vulnerabilidad. Pero falta una mejor articulación de los distintos mecanismos que tenemos a nuestro alcance para evitar la mera acumulación de facultades, sin saber dónde termina uno y empieza el otro, aunque hemos logrado algunas mejoras”, amplía Arrondo.

¿En qué aspectos se ha optimizado esta articulación?

Desde hace un tiempo, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales nos constituimos en una mesa crítica de seguimiento para casos de violencia de género y doméstica, con la que realizamos reuniones mensuales. A raíz del seguimiento de casos concretos hemos ido puliendo y, al mismo tiempo, delimitando las zonas de actuación de cada uno. Estos encuentros han esclarecido bastante las preconcepciones que dominan una opinión generalizada: el Poder Judicial es la cabeza que delimita las atribuciones y funciones de cada uno, actuando como una especie de fiscal general. No es así, en absoluto y creo que con esta práctica regular de encuentros algunas cosas hemos podido ajustar y mejorar.

Recursos insuficientes

El Dr. Arrondo también agrega un factor en la nómina de dificultades: la falta de recursos económicos. “En algunos aspectos específicos de niñez y de violencia doméstica se convierte en un obstáculo: es necesario pensar en mayor cantidad de refugios y de subsidios para personas atravesadas por ese flagelo, al igual que mejor asistencia a las familias cuyos hijos están alcanzados por alguna medida de abrigo”, sostiene.